Bendita rutina
Mientras miraba cómo la multitud matutina iba metiéndose en el tren, sentí la depresión de los lunes. Al ver los rostros somnolientos y gruñones de la gente en aquella cabina atiborrada, era evidente que nadie tenía ganas de ir a trabajar. Aquí vamos, otro día rutinario en la oficina.
Proseguir hacia Jesús
Corriendo por el bosque, traté de encontrar un atajo y fui por un sendero desconocido. Al no saber si estaba perdida, le pregunté a alguien que corría en sentido contrario si iba por el camino correcto.
Nunca demasiado lejos
Cuando era joven, Raj había confiado en Jesús como Salvador, pero poco después, se había alejado de la fe y de Dios. Con el tiempo, decidió renovar su relación con Jesús y volver a la iglesia… solo para escuchar que una mujer lo regañó por haber desaparecido durante todos esos años. Su sentimiento de vergüenza y culpa aumentó, y se preguntaba: ¿Ya no hay esperanza para mí? Entonces, recordó cuando Jesús restauró a Pedro (Juan 21:15-17), aunque este lo había negado (Lucas 22:34, 60-61).
¿Será una señal?
La oferta era buena y exactamente lo que Pedro necesitaba. Después de que lo despidieran del trabajo, este hombre que proveía para una joven familia había orado desesperadamente por un trabajo. «Sin duda, esta es la respuesta de Dios a tus oraciones», sugirieron sus amigos.
Tu parte y la parte de Dios
Cuando a mi amiga Janice le pidieron que dirigiera su departamento en el trabajo después de pocos años, se sintió abrumada. Luego de orar, sintió que Dios la estaba guiando a que aceptara; pero aun así, temía no poder enfrentar la responsabilidad. «¿Cómo puedo liderar con tan poca experiencia? —le preguntó a Dios—. ¿Por qué ponerme aquí si voy a fracasar?».
Huir
La lección de introducción al aikido, una forma de artes marciales tradicional japonesa, me abrió los ojos. El sensei, el maestro, nos dijo que, cuando enfrentáramos a un atacante, nuestra primera reacción debería ser «huir». «Solo si no puedes huir, pelea», señaló con seriedad.
Pelea en el aparcamiento
La escena en el aparcamiento podría haber sido divertida si no hubiese sido tan trágica. Dos conductores estaban discutiendo a los gritos porque el auto de uno de ellos estaba bloqueándole el paso al otro, y se intercambiaban palabras duras.
Un nuevo comienzo
El Año Nuevo chino está ligado al calendario lunar. Generalmente entre finales de enero y mediados de febrero, las reuniones familiares incluyen algunas tradiciones muy significativas. Comprar y donar ropa nueva, limpiar a fondo la casa y saldar deudas nos recuerdan que dejamos el pasado atrás y comenzamos el nuevo año con borrón y cuenta nueva.
Una espera que vale la pena
Atrapado en un trabajo estresante con demasiadas horas y un jefe poco razonable, Jaime soñaba con dejarlo. Sin embargo, tenía una hipoteca, una esposa y un hijo pequeño que cuidar. Su esposa le recordó: «Esperemos y veamos qué nos dará Dios».
Aceptado y aprobado
De niño, Tomy se sentía inseguro. Buscaba la aprobación de su padre, pero nunca la recibía. Parecía que todo lo que hacía, fuera en la escuela o en casa, nunca era suficientemente bueno. Incluso al llegar a la madurez, la inseguridad persistía. Se preguntaba continuamente: ¿Valdré algo?